Procura que el trayecto desde la floristería hasta casa sea lo más corto posible para que las flores estén sin agua el menor tiempo posible. Una vez en casa, retira el plástico o papel que envuelve las flores. Te recomendamos que lo abras encima de una mesa y utilices el embalaje para evitar que el mueble se estropee.
El siguiente paso es limpiar y cortar el tallo. Retira las hojas del tallo hasta el punto que veas que éstas no van a estar en contacto con el agua del jarrón. El contacto de las hojas con el agua hace que el agua se contamine más rápido y tengas que cambiarla con más frecuencia. Corta 2-3 cm de tallo con una navaja o tijeras afiladas, procurando hacer un corte diagonal. De esta manera, conseguirás que la flor pueda alimentarse de más agua.
Una vez hecho esto, es el momento de pasar las flores al jarrón. Asegúrate de que el jarrón está limpio por dentro para no contaminar el agua. Antes de color las flores, mezcla la bolsa de conservante Chrysal con el agua para conseguir que tus flores duren hasta un 60% más, incrementando su olor y su color. La dosis correcta es una bolsita de conservante por cada litro de agua. Por último, coloca el jarrón en un sitio luminoso sin que reciba directamente la luz solar. Evita también focos directos de frío o calor, como aire acondicionado o radiadores.